Estaba cenando cuando recibí una foto de un horrible y
ensangrentado Woody a mi celular. Él
se había caído de su bicicleta sobre una especie de grava y lucía horrible. Estábamos
a la mitad de las grabaciones de Sinsajo y él tenía una escena al día siguiente pero su cara estaba herida. Lo llamé
inmediatamente y sonaba horrible- débil, preocupado y un poco confundido.
Estaba realmente preocupado por él y desesperadamente le dije que fuera al hospital.
Hubo un momento de silencio y escuché la asombrosa risa de Woody. Era una
broma. Era una broma que él y nuestro equipo de trabajo habían armado. Nada era
real, pero me lo creí. Y me lo creí porque él tiene el mismo talento para hacer
esa broma como para actuar. Él encuentra
una verdad y la llena de vulnerabilidad, imprevisibilidad, gravedad y travesura:
el perfecto ingrediente para un buen actor (y también un buen bromista).
0 comentarios:
Publicar un comentario